sábado, 9 de abril de 2011


Sabes cuál es la única obligación que tenemos en esta vida? No ser imbéciles. Si, si, mira presta atención.
La palabra "imbécil" es más sustanciosa de lo que parece, no te vayas a creer. Viene del latín baculus que significa "bastón": el imbécil es el que necesita bastón para caminar. Que no se enfaden conmigo ni los cojos ni los pobres ancianitos, porque al bastón al que nos referimos no es el que se usa para dar pasitos a un cuerpo quebrantado. El imbécil puede ser todo lo ágil que quiera y dar brincos como una gacela olímpica, no se trata de eso. Si el imbécil cojea no es del pie, sino del ánimo: es su espíritu el debilucho y cojitranco, aunque su cuerpo pegue unas volteretas de órdago. Hay imbéciles de varios modelos a elegir:
- El que cree que no quiere nada, el que dice que todo le da igual, el que vive en un perpetuo bostezo o en siesta permanente, aunque tenga los ojos abiertos.
¡Despierta baby! Que la vida no dura para siempre ¿sabes?
- El que se cree que lo quiere todo, lo primero que se le presenta y lo contrario de lo que se le presenta: marcharse y quedarse, bailar y estar sentado, masticar ajos y dar besos subimes, todo a la vez...
¿Y sabes lo que yo quiero? Pegarte y escupirte por indeciso, por no hacer nada con ese afán de hacerlo todo.
- El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo. Imita los quereres de sus vecinos o les lleva la contraria porque sí, todo lo que hace está dictado por la opinión mayoritaria de los que le rodean: es conformista sin reflexión o rebelde sin causa.
Para quedar bien ante el prógimo todo vale ¿no? Ese es tu lema. Y para quedar bien contigo mismo ¿qué? Reflexiona un poco.
- El que sabe qué quiere y sabe lo que quiere y, más o menos, sabe porqué lo quiere pero lo quiere flojito, con miedo o poca fuerza. A fin de cuentas, termina siempre haciendo lo que no quiere y dejando lo que quiere para mañana, aver si entonces se encuentra entonado.
Y mañana será la misma excusa de hoy y pasado, así siempre porque no tienes valor de decir un NO a lo que digan otros e imponer tu opinión.
- El que quiere con fuerza y ferocidad, en plan bárbaro, pero se ha engañado a sí mismo sobre lo que es la realidad, se despista enormemente y termina confundiendo la buena vida con aquello que va a hacerle polvo.
Y es que hay personas que hacen lo que le da la gana, sin darse cuenta que no "gana" sino pierde.
Todos estos tipos de imbéciles necesitan bastón, necesitan apoyarse en cosas de afuera. No son libres, no se dejan llevar por lo que quieren. Siento decir que los imbéciles acaban mal y no me refiero a que terminan en la cárcel o fulminados por un rayo, sino que se fastidian a si mismo y así nunca lograrán vivir la buena vida. Y todavía siento más tener que informarte que qué síntomas de imbecilidad solemos tener todos, vamos, por lo menos yo me los encuentro un día sí y otro también, ojalá a ustedes les vaya mejor en el invento... Conclusión: ¡alerta!, ¡en guardia! ¡la imbecilidad acecha y no perdona!

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