miércoles, 30 de septiembre de 2009
Tal vez este escudo tenga un sentido mas metafórico, tal vez este escudo nos protege de algo. A veces por miedo nos calzamos un escudo, una coraza, algo con que defendernos cuando nos sentimos amenazados. Y a veces somos el escudo de otro, somos cómplices de alguien equivocado, lo escudamos. Y a veces nos escudamos tanto que terminamos presos de nuestra propia coraza, solos detrás de nuestro propio escudo. Y a veces estamos desarmados, sin corazas ni escudos, y nos sentimos muy vulnerables. Y otras veces necesitamos sacarnos esos escudos con los que nos protegemos…desarmarnos, tirarnos al agua sin salvavidas.
Dicen que el tiempo es la fuerza más poderosa, más que el amor, dicen. El amor muere, el tiempo no, el tiempo perdura y transforma todo, nos cambia, se quiera o no. Uno cree que maneja el tiempo, hablamos de ganar o perder tiempo, de dejar pasar el tiempo, pero el tiempo pasa, lo dejemos o no. Dicen que uno cree que el tiempo lo arregla todo: con el tiempo te va a amar, con el tiempo la vas a olvidar, pero también dicen que el tiempo no arregla nada, que el tiempo arrasa, y lo que el tiempo rompe no se arregla, dicen. Dicen que el tiempo es la fuerza más poderosa. Los arqueólogos luchan contra eso, tratan de rescatar objetos, historias, y de salvarlas del paso del tiempo, pero el tiempo avanza, avanza y avanza. El tiempo no es malo ni bueno, algunas cosas las destruye, a otras las vuelve mejores, como a un buen vino, y están las que resisten al paso del tiempo, como esta silla de roble, el tiempo pasa y el roble sigue intacto, como los sentimientos nobles, que pase lo que pase no mueren con el tiempo. Porque el tiempo pasa y se olvida de mí, de vos, pero aun no puede olvidarse del amor.
Si a un ataque respondemos con otro ataque lo único que vamos a lograr será un nuevo ataque. Claro que a veces nos atacan tanto que el deseo de venganza es muy fuerte. Parece el camino más fácil, ¿no? Deponer las armas y confiar en que la vida va a hacer justicia es difícil, pero a la larga es lo mejor. Dicen que la venganza es el placer de los dioses, pero, para nosotros, simples mortales, la venganza solo trae destrucción, nada más. Nunca, nunca tomes el camino de la venganza. Porque te va a destruir.
Por más que trates de evitarlo, cuando uno ama... Ama. Antes el amor para mi era un capricho, era querer a alguien sin importar nada, hacer lo que hiciera falta para tenerlo. Ahora empiezo a entender que el amor pasa por otro lado. El amor es tan raro a veces, tan inexplicable, nace de pronto y avanza y avanza, ¿y qué quiere el amor? Ser correspondido, eso quiere. ¿Se puede ser feliz viendo a la persona que uno ama enamorada de otra? ¿Se puede amar sin ser egoísta? Yo creo que empecé a entender el amor cuando dejé de ser egoísta, cuando empecé a hacer cosas sin esperar nada a cambio, cuando por ejemplo hago cosas como estas. Amar hace bien, pero a veces no alcanza, uno necesita algo más, necesita respuestas. ¿Qué somos? ¿Qué somos? Esa es la pregunta del millón. Tanto nos preocupamos por el qué somos. ¿Importa realmente lo que somos? ¿O importa lo que sentimos y el amor que tenemos por el otro? Podemos ser la ex de alguien, pero eso no quiere decir que nuestro amor sea ex. Mi novio, mi ex... Son palabras. Lo importante no son las palabras, lo importante es otra cosa, eso es lo que vale, el sentimiento, le pongamos nombre o no, es lo único que tiene sentido. No importa el qué somos, importa lo que sentimos y lo que hacemos.
euforia
La euforia es la capacidad de soportar el dolor, ¿si? Por eso esa exageración del bienestar, del optimismo. No está mal, pero la contracara de esto es la depresión. La persona va a caer en algún momento. Lo importante es que alguien este ahí cuando esto ocurra.
Solamente vamos a hablar de la risa. Es una gran terapia la risa, pero sólo vamos a hablar de una risa: la risa franca. Está comprobado científicamente que la risa tiene poderes curativos: puede generar cambios químicos en el organismo; aumenta el sistema inmunológico; se pone en actividad el sistema central y periférico y empieza a activar algunas zonas en el cerebro que están dormidas. Está comprobado que la risa franca, la carcajada, tiene la capacidad de recuperar la salud de nuestros enfermos, puede llegar a curar, libera tensiones, nos relaja, ayuda a expresarnos mejor. Una sonrisa a tiempo desdramatiza la vida. Nos hacemos grandes y perdemos la capacidad de reír, reímos menos y eso nos aleja de los demás, pero si alguien nos sonríe y le devolvemos la sonrisa, esa risa ya nos acerca a algo más. Los chicos, por ejemplo, se ríen 300 veces al día, en cambio los adultos, como mucho, se ríen 15 veces al día. El tema es reírse con los otros, no de los otros. La risa burlona saca lo peor de todos. Está comprobado que las personas que se han reído juntas, se sienten mucho más cerca. No necesitamos de algo gracioso para reírnos, la risa franca es contagiosa. No hay que olvidarse de reír, hay que recordar esa risa franca natural como la de los niños. Esa risa, nos puede salvar…
A los diez años la vida es un cuento previsible, los malos son feos, infelices y terminan mal; los buenos son lindos, felices y comen perdices. También es un juego donde los hijos son muñecos o peluches, una juega a la mamá, al ama de casa. Qué distinto cuando vemos que la vida no se ajusta a ese juego infantil. No, la vida es otra cosa. La diferencia entre malos y buenos es más sutil que una cara bonita y un final feliz; la verdadera lucha entre el bien y el mal ocurre cada día en nuestro interior. Uno crece y el juego se vuelve más serio. Ay, quién pudiera vivir cantando como un chico. Ay, quién pudiera eternizar el juego, vivir por siempre en un cuento de hadas; Ay, quién pudiera ser por siempre chiquitita.
Y hay que saber separar la paja del trigo y ver bien de qué cosas somos responsables. Hay culpas y culpas, ¿no? Por ejemplo, no te podés culpar por amar, ¿qué vas a hacer? ¿Qué vas a hacer?, ¿resignar ese amor? No siempre la culpa es una buena consejera, a veces le pifia, y a veces no; a veces la culpa viene de una necesidad, de un sentimiento positivo. Reparar lo que se pueda reparar, y mirar al futuro. Ese es mi consejo.
La persona que te ama, la que te tiene que cuidar, a veces es la que más te lastima. Duele el amor. Duele el amor ingrato, ¿no? Esperamos que el amor sea correspondido, ¿no? Si amás, si sos amado, si no amás, si no sos amado… El amor siempre duele. Y cuando el amor duele algunos reaccionan con despecho, otros intentan disimular el dolor, otros no aceptan que ese amor no pueda ser e insisten sin medir las consecuencias. Yo soy más impulsivo, no soporto que el amor me maltrate, no lo puedo disimular. No sé si es bueno o malo, pero cuando el amor me duele mucho lo único que puedo hacer es esconderlo y que nadie sepa que sufro por amor. A veces uno no sabe que hacer con tanto dolor que mejor callarlo y esperar que pase.
factor desencadenante
El “había una vez” nos introduce en la historia, es la puerta de entrada a la historia; entramos, había una vez, hola que tal estoy en la historia ¿verdad? Pero después del “había una vez” siempre viene algo ¿verdad? Pero un día, tal cosa. Ese “pero un día” es la parte más importante de la historia ¿verdad? ¿Por qué? Porque ese pero un día desencadena todo lo que va a pasar. Ejemplo: había una vez una pareja que estaba más o menos, más tirando a menos que a más, pero un día ella conoce a alguien y todo cambia… A partir de ahí es otra historia. También puede ser otro ejemplo: había una vez una pareja que estaba bien, pero un día algo pasa y todo cambia. Y ese algo pasa puede ser cualquier cosa, un accidente, una sorpresa… un sueño. Un simple sueño y todo cambia. Pero puede ser otra cosa, otra historia: había una vez una pareja que se había terminado, pero un día ella lo ve a el con otra y de pronto renacen todos sus sentimientos. Pero bueno, hoy vimos “pero un día”, reflexionen sobre esto, reflexionen porque es un arma muy poderosa, porque es lo que desencadena el conflicto, y del conflicto viven los guionistas ¿si? “Pero un día”, lo que nosotros técnicamente llamamos factor desencadenante. El factor desencadenante es el motor de la historia. Sin él, la historia no avanza; el factor desencadenante moviliza a los personajes, los hace tomar decisiones; el factor desencadenante los confunde, los hace equivocarse; el factor desencadenante hace que los personajes entren en conflicto. Y del conflicto viven los personajes, porque el conflicto es lo que los hace avanzar, equivocarse, crecer… El factor desencadenante tiene efecto dominó; se sabe donde empieza, pero no dónde termina.
¿Qué hacemos hoy para que sea un gran día? ¿Necesitamos grandes hazañas? ¿Siempre tiene que ocurrir algo espectacular para que sea un gran día? ¿O un gran día se puede hacer de pequeños momentos? ¿Depende sólo de nosotros ese gran día? No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. No levantarse con el pie izquierdo, dicen. ¿Alcanza desear un gran día para tenerlo? Un gran día, o un pésimo día. No tiene muchas recetas, tal vez una: está hecho de decisiones. De buenas y de malas decisiones. No sólo propias, también ajenas. Pero no de grandes decisiones, sino de esos pequeños gestos que nos hacen grandes. Un gesto de amor puede hacer que ese día sea no un día más, sino un gran día. Aunque no todo está en nuestras manos. Un gran día para algunos puede ser trágico para otros. Igual, para mí, un gran día no es el que está hecho de grandes hazañas y conquistas. Un gran día está hecho de pequeñas cosas: de una palabra de aliento, de una sonrisa, de una mirada, y también de una ausencia.
el alma
¿Tan frágil es el alma que a la primera frenada brusca se te sale del cuerpo? Siempre la nombramos: te quiero con el alma, me duele en el alma, pero ¿qué es el alma? No conozco a nadie que haya visto un alma, pero todo el mundo habla del alma. Un desalmado, ¿es alguien que no tiene alma, o alguien que tiene un alma oscura? Cuando nos lastimaron decimos que tenemos el alma herida, pero ¿cómo es una herida del alma? Si el alma es como el aire, ¿cómo es que se cura? También está el alma Mater, esa persona que le da sentido a todo que conduce a otros hacia algún lugar. A veces se te estruja el alma y se siente en el cuerpo. Se dice alma en pena cuando alguien no encuentra la paz; el alma de la fiesta es el que siempre la rema para estar arriba; tu alma gemela, es ese amor que solo es para vos y para nadie más. ¿Qué cosa es el alma? Tan frágil que al menor dolor se lastima y se te va del cuerpo. Un alma con el cuerito flojo chorrea todo el tiempo y si no la arreglás se puede quedar vacía. Desnudar el alma es más difícil que desnudar el cuerpo; el alma es más frágil que el cuerpo. Una palabra, un silencio, una mirada…hace falta muy poco para lastimar un alma.
Las utopías, como dice Eduardo Galeano, la utopía esta en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Pero entonces uno se pregunta, ¿para qué sirve la utopía si siempre se aleja? Para eso sirve, para caminar. Para tener una utopía hay que tener fe, para creer que eso que deseamos es posible. Una utopía, por definición, es algo que no existe, un puerto inalcanzable, pero necesario para viajar. La utopía es una llamada a la ilusión, al inconformismo, a la rebeldía, al compromiso. La utopía es una llamada a la esperanza. Por eso, para cambiar el mundo, es tan necesaria.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Ahora que no estas, ogar lo escribo sin h y la palabra amor la cambie por DOLOR es tan pobre mi presente que se endeuda soñando y es tan rico el pasado que aun sigo recordando, ahora que no estas estoy abandonado como un bote de bronceador en casa de esquimales, mi horóscopo dice son problemas astrales y la tristeza esta en casa abriendo sucursales..
Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar…
Decidí no esperar a las oportunidades sino yo misma buscarlas, decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, decidí ver cada noche como un misterio a resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad de SER FELIZ..
Decidí no esperar a las oportunidades sino yo misma buscarlas, decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, decidí ver cada noche como un misterio a resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad de SER FELIZ..
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